Con la oscilación se generan unas cargas por vibraciones considerablemente menores (véase la ilustración a la derecha). Se produce solo hasta un 10 por ciento de las cargas en comparación con la vibración (véase la ilustración a la izquierda). Los tambores de oscilación no consumen su potencia para una estimulación involuntaria de vibraciones en el entorno, sino que la aplican de forma selectiva en el material a compactar, justo allí donde se necesita la energía. Las menores vibraciones son garantía de una mayor durabilidad de la máquina y ofrecen el máximo en cuanto a confort durante la marcha.
El sistema de oscilación desarrollado por HAMM no está basado en complicados mecanismos de regulación mecánicos, sino que aprovecha exclusivamente las leyes de la física. En este sentido, adapta por sí mismo el valor de amplitud en función de la rigidez del material del subsuelo. Esto significa que la amplitud se reduce continuamente conforme se va incrementando la rigidez del suelo. En la medida en que se reduce la amplitud, aumenta la potencia transmitida al suelo.
En el siguiente vídeo se reflejan los distintos tipos de compactación: